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Arquitectura de la sal

La insólita arquitectura de la sal que se ha generado en Añana es resultado del intercambio de valores culturales y humanos que se han ido desarrollando a lo largo de sus más de siete milenios de historia.

Esta arquitectura popular no muestra los rígidos estilos arquitectónicos del saber erudito, sino que, debido a su carácter utilitario, en el valle han convivido de forma armoniosa las innovaciones tecnológicas con los testimonios materiales de las diferentes épocas.

Siguiendo los patrones marcados por la experiencia y la tradición, los salineros han creado una arquitectura insólita, anónima, popular y tradicional.

Salvo raras excepciones, en la arquitectura de la sal del Valle Salado no se ha utilizado mano de obra especializada, sino que han sido los propios salineros los encargados de las construcciones, utilizando para ello los materiales que la naturaleza del entorno les provee: piedra, madera y arcilla.

En el proceso se han utilizado los mínimos recursos con el máximo rendimiento de forma absolutamente sostenible y ecológica, aplicando una tecnología ingeniosa. 

El resultado es un paisaje humanizado formado por más de cuatro kilómetros de canalizaciones de madera que conducen el agua salada desde los manantiales hasta los pozos y las terrazas escalonadas, construidas con piedra, madera y arcilla, que soportan las eras donde se recoge la sal.

Esto ha supuesto una alta fragilidad de las estructuras, necesitadas de un cuidado y mantenimiento continuos. Los salineros han sabido aprovechar los muros de piedra como base para las estructuras de madera sobre las que edificar unas terrazas de gran altura que, en algunos casos, llegan a superar los ocho metros.

MANANTIALES

Los manantiales son surgencias que suministran la salmuera a nivel de superficie de manera natural y continua, lo que permite su empleo sin necesidad de realizar perforaciones ni bombeos. Existe un gran número en el Valle Salado y su entorno, pero sólo cuatro de ellos -Santa Engracia, La Hontana, El Pico y Fuentearriba- son aprovechables, pues su caudal es permanente -unos 2 litros por segundo- y su grado de salinidad está cercano a la saturación -210 gramos de sal por litro-.

CONDUCCIÓN DE LA SALMUERA

- El transporte del agua salada se realiza de manera continua y por gravedad a través de una red de canales llamados royos. Si bien en origen gran parte de ellos eran simples zanjas excavadas en el terreno, con el tiempo fueron sustituidos por troncos de madera, generalmente de pino.

El sistema de distribución principal inicia su recorrido en el manantial de Santa Engracia, en un canal único que se divide en dos en una arqueta denominada Partidero. Por la ladera oriental del valle discurre el Royo de Suso y por la occidental, el de Quintana. Por el primero van doce partes de la salmuera y por el segundo, trece. A corta distancia del Partidero, en el denominado Celemín, se vuelve a dividir en dos. El que abastece la parte Este sigue denominándose Quintana y el que provee a la zona central se denomina de Enmedio o Meadero.

POZOS DE SALMUERA

Los depósitos son el corazón de las granjas de hacer sal y su llenado la causa de la mayor parte de las disputas entre los salineros. Esto se debe a la cantidad limitada de agua salada que emana de los manantiales, el gran número de eras existentes y la concentración de las labores de producción durante unos meses concretos, de mayo a septiembre.

Todo ello explica el elevado número de pozos existentes en las salinas (actualmente 848) y la necesidad de un complejo reglamento de distribución de aprovechamiento de la muera, conocido como "Libro Maestro".

La morfología de los pozos es variada, pero a grandes rasgos se puede dividir en cuatro tipos: los exteriores, los de boquera, los calentadores y los de encube. 

ERAS O PLATAFORMAS DE EVAPORACIÓN

La obtención de la sal en Añana se basa en la evaporación del agua contenida en la salmuera por medios naturales. Para ello, se vierte el agua salada en unas plataformas horizontales denominadas eras, cuya superficie varía entre doce y veinte metros cuadrados.

Los grupos de eras trabajadas por un mismo propietario se denominan granjas. Éstas se van adaptando a la compleja orografía del paisaje, tanto en forma como en altura, dando lugar a complicadas figuras que ocupan la mayor parte del Valle Salado. En la actualidad, hay ya recuperadas y en producción más de 2.000 eras.

ALMACENES

Los espacios que se crean bajo las eras son aprovechados por los salineros como almacenes de sal. En estos almacenes particulares los salineros depositan la sal producida desde mayo a septiembre. En octubre es transportada hasta los espacios de almacenaje situados en el exterior de la explotación para su posterior envasado y comercialización.

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