Motor turístico y cultural
El Paisaje Cultural del Valle Salado de Añana posee de forma intrínseca un carácter de producto turístico multiexperiencial, con unos atributos patrimoniales, culturales, naturales y gastronómicos de primer orden. Desde sus inicios, las actividades y directrices del Plan de Gestión compatibilizan la recuperación sostenible del valle con toda una serie de actuaciones turísticas y culturales para ofrecer a los ciudadanos experiencias singulares y únicas.
En el Valle Salado los elementos diferenciadores son un paisaje singular y excepcional donde se combinan de forma armoniosa tradición y modernidad; una gran variedad de atractivos históricos, arquitectónicos, arqueológicos, geológicos y naturales; y unos vecinos y salineros orgullosos de su cultura, su pasado y su patrimonio.
En el Valle Salado el visitante tiene la oportunidad de participar en un proyecto de recuperación y conservación para garantizar la sostenibilidad de una explotación salinera con más de 7.000 años de historia. Bajo un planteamiento de recuperación abierta al público, se compatibilizan los trabajos de mantenimiento, estudio y producción de sal con las visitas turísticas. Se logra de esta forma un paisaje vivo y en evolución en el que el visitante es protagonista principal.
Gracias a estas actividades, las salinas de Añana son un destino turístico cultural y experiencial por el que pasan cada año miles de visitantes. La puesta en valor del Valle Salado no sólo está contribuyendo a preservar un Paisaje Cultural de valor excepcional, sino que es también un claro ejemplo de que la inversión en patrimonio es rentable y un poderoso motor de desarrollo turístico, cultural, económico y social para la comunidad local y su entorno.
