Sal de excelente calidad

Uno de los principales motores económicos del Valle Salado es la producción de sal de la mejor calidad. Dadas las características y singularidad del paisaje, la actividad salinera está dirigida a la producción de una sal natural, ecológica y de gran calidad que compita en el mercado con otras de las mejores salinas tradicionales. Por ello, la Sal de Añana está considerada como una de las mejores del mundo.

Desde el punto de vista económico y de futuro del Paisaje Cultural es fundamental potenciar la actividad salinera. La Fundación Valle Salado de Añana, además de ser la encargada de la producción, se ocupa de crear una imagen de marca que refleje la extraordinaria calidad de la sal. Para ello cuenta con la colaboración desinteresada de algunos de los mejores cocineros del mundo, que avalan sus propiedades empleándola en sus restaurantes y cediendo su imagen pública al proyecto.

La producción de sal se realiza mediante técnicas tradicionales y bajo unos parámetros de sostenibilidad y respeto por el paisaje. La viabilidad de la actividad salinera garantiza, además, el mantenimiento de los valores de autenticidad e integridad del Valle Salado.

Esta apuesta por la calidad representa un nuevo enfoque. En lugar de producirse sólo una sal, como se ha hecho a lo largo de la historia, la Fundación ha sacado al mercado cuatro tipos de sales naturales: Sal Mineral de manantial, Escamas de Flor de Sal, Sal Líquida de manantial y Chuzo de sal.

El Chuzo es un producto único en el mundo y, debido a su escasa producción, es casi un objeto de coleccionista. Surgen por efecto de las pequeñas filtraciones de agua salada en los entramados y canales elevados que, gota a gota, crean unas estalactitas de sal que los análisis gustativos realizados por especialistas indican que se trata de la sal de mejor calidad.

La producción y venta de Sal de Añana contribuye en un porcentaje muy importante a la autofinanciación del proyecto de recuperación y puesta en valor.